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Bokuden

De tú a tú

La vida es también un león, y sus colmillos son los segundos. Hoy, ya miércoles de madrugada, encuentro (por fin) un hueco entre mis ocupaciones, mis obligaciones, mis aficiones y mi astenia otoñal. Y aquí estoy de nuevo, tras una breve ausencia (sustituya breve por su concepción temporal deseada). Muchos se preguntarán ¿por qué vuelves? Algunos, incluso lo harán llorando y desesperados, lo se. Y a veces yo también me lo pregunto. Creo que ya he hablado de esto antes.

Tal vez sea mi manera de decir cosas que de otra manera se quedarían dentro y me provocarían una úlcera o algo peor, aunque supongo que nunca he hablado de mi hermética naturaleza. Una buena amiga me lo decía el otro día, precisamente. Nunca hablas de ti mismo. Escuchas, observas, analizas, ayudas (¿¡!?) a veces a tus amigos, pero nunca hablas de ti. Mira si eres de esa manera que ni tan solo eres capaz de hacerlo en algo tan impersonal y anónimo como un weblog. Querida L, tienes razón, por supuesto. Para algo eres psicóloga. Soy así habitualmente, un ser acorazado, pocas veces hablo de mi... Por contrapartida, debes saber que el hecho de que me abra a alguien significa mucho. Es, por así decirlo, mi manera de decirte que eres de los míos. Tú, que después de leer esto ya deberías saber en que lugar estás, si es que tenías alguna duda, también sabes que no es del todo cierta la segunda parte de la observación. Puede que pocas veces hable directamente de mi vida en este sitio. Pero indirectamente, cada cosa que escribo habla de mi y de mis circunstancias. Da igual que el personaje sea pepito, fulanito o menganito, que describa el tiempo o que escoja un texto de tal autor. Cada letra forma parte de mi mundo, de tal forma que mi mundo, mi vida y yo somos también estas letras unidas con más o menos tino. Pero claro, eso tú ya lo sabes por tener también un mundo propio (del que tampoco escribes mucho, ejem), y yo se que lo dices sólo para picarme. Un aplauso para L, estupenda escritora que curiosamente es mucho más Grande que alta.

Esto ya parece a estas alturas una editorial. O tal vez un programa de radio, al más puro estilo Chris Stevens de la K-OSO de aquella serie tan estupenda que daban a estas estupendas horas también, Doctor en Alaska. Estamos aquí tu y yo solos, sea la hora a la que leas esto. Voy equipado con unos magníficos pantalones cortos, una camiseta de South Park y unas zapatillas de esas con forma de tigre. Me duelen los pies de la ostia después de diez kilómetros corriendo esta mañana, un día entero de trabajo de pie y la clase de salsa, para remate. Y sin embargo, me muevo, al menos interiormente. Porque me lo piden los dedos, me lo pide la mente. Tengo ganas de mover el boli, el teclado o cualquier cosa que sirva para dejar impronta de lo que quiera que deba salir de mi. Porque la noche nos invita a la magia; el día nos invita a soñar. Porque a la gente como tú y yo nos gusta vivir todos los mundos en los mundos escritos, y de vez en cuando escribir nuevos. Porque tú y yo sabemos que no hay nada mas hermoso que hablar de tú a tú pensando que no conoces, pero sabes de esa persona. Aunque sea a través de un escrito. Así que pasen y vean.

Me gusta pensar que merece la pena. Por lo menos a mi me la merece.

1 comentario

Bohemia -

Estoy segura que merece la pena. Me ha gustado este post.