Mal menor
Primero dijeron que ojalá la elección de Madrid como sede olímpica no se produjera. Lo típico, se dijo, la típica rivalidad incomprensible y trivial entre algunos catalanes y algunos madrileños. El miércoles, cuando eligieron a Londres, las risitas de algunos de sus compañeros de trabajo eran inevitables. Qué tontería, se dijo, aunque personalmente le daba igual donde se produjera ese cada vez menos deportivo y más lucrativo acontecimiento, hay gente que le pone ilusión y además supondría ciertas mejoras y beneficios para otra parte del pais. En fin, la explicación era la misma.
Pero hoy, cuando escuchó lo afortunados que éramos, la suerte que teníamos de que no tocara Madrid como sede, que si no los atentados habrían sido allí y no en Londres y, claro, allí algunos tienen familia, no tuvo más remedio que soltar un sonoro y tremendísimo eructo que los calló de una forma muy eficiente. Y es que era eso o escupirles a la cara uno por uno mientras les soltaba lo que pensaba de la suerte y del mal ajeno en este tipo de acontecimientos; pero claro, de aquella manera iban a decir por ahí que si era malo, que si era agresivo, que si hijo de la gran puta y mal compañero... en fin, todo lo que se acostumbra decir de los farmacéuticos. Mientras que de esa forma, eligiendo el mal menor del mismo modo que sus compañeros, sólo le llamaron cerdo. Curiosamente, lo mismo que pensaría a partir de ahora respecto a ellos.
Pero hoy, cuando escuchó lo afortunados que éramos, la suerte que teníamos de que no tocara Madrid como sede, que si no los atentados habrían sido allí y no en Londres y, claro, allí algunos tienen familia, no tuvo más remedio que soltar un sonoro y tremendísimo eructo que los calló de una forma muy eficiente. Y es que era eso o escupirles a la cara uno por uno mientras les soltaba lo que pensaba de la suerte y del mal ajeno en este tipo de acontecimientos; pero claro, de aquella manera iban a decir por ahí que si era malo, que si era agresivo, que si hijo de la gran puta y mal compañero... en fin, todo lo que se acostumbra decir de los farmacéuticos. Mientras que de esa forma, eligiendo el mal menor del mismo modo que sus compañeros, sólo le llamaron cerdo. Curiosamente, lo mismo que pensaría a partir de ahora respecto a ellos.
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