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Bokuden

Hablemos

Ah, eres tú. No te había oído entrar. Pasa, pasa. Siéntate y hablemos, hace mucho que no lo hacemos y lo echo de menos, créeme. Sin nadie con quien hablar, cuando todo el mundo se ha ido ya a la cama, muchas noches como esta suelo ponerme a pensar aún sin proponérmelo. Ya sabes que soy de naturaleza reflexiva; y también sabes lo que opino de la reflexión, mal necesario... aunque cada vez lo veo más como algo totalmente accesorio y productor de sufrimiento. Cuando hablo con alguien, sólo hablo con ese alguien. Cuando hago cualquier otra cosa, en la medida de lo posible, hago solamente esa cosa. Pero cuando canta el silencio de la madrugada y no tengo más compañía que el vaso del colacao, mi cabecita empieza a maquinar. En fin, es difícil luchar con uno mismo. Sí, no hace falta que lo preguntes. Si no te he oído llegar es porque estaba Abstraído en Grado Sumo con un par de cosillas. Todo está en la mente.

No, no creas. No son para nada cosas especiales las que ocupan mis pensamientos, soy más práctico de lo que creen muchos que me tienen por pedante pseudo-filósofo de pacotilla... que también lo soy, para que engañarnos. Sin ir más lejos, antes de que llegaras estaba pensando en una noticia que he escuchado por ahí y que me ha indignado profundamente. Verás, resulta que tres niñatos pijos de buena familia, uno de ellos menor, estaban aburridos y, por no alquilarse un juego de play-station, deciden pegar una paliza a una mujer indigente que dormía en un cajero. Sí, esa es la cara que puse, pero aún hay más. No contentos con semejante alarde de caballerosidad y valentía, se van y deciden volver más tarde para quemarla viva. El resultado: una indigente muerta más, unos imbéciles llorando en comisaría “arrepentidos”, familias destrozadas... y pronto algún menor libre, supongo. O no tan menor. Y luego, pues nada, el siguiente paso es, para mi mente, inevitable: le das vueltas, cambias las escalas y te acuerdas de aquel atraco en que mataron a los joyeros por las bravas, sin necesidad alguna, y encima luego sacaban la lengua a la gente que los abucheaba mientras los sufridos policías los escoltaban al coche patrulla. De aquel Farruquito que ya está bien casado y con carné de conducir (cojones tiene la cosa). De aquellos patriotas de metralla que siguen amenazando y matando cuando pueden por... no se sabe bien por qué, y juraría que ellos tampoco lo saben. De aquellos que hacen lo mismo por otras tantas ideas absurdas, como la religión. De todas aquellas guerras que ni siquiera salen en los telediarios. De aquellos países que viven de las guerras ajenas y promueven nuevas. Etcétera, etcétera. Etcétera.

Callas, ¿verdad? Sí, cuando se entra a evaluar cosas así uno no para, y da incluso miedo. Piensas “Joder, me educaron para vivir en un mundo mejor, para hacer un mundo mejor ¿Cómo hemos llegado a esto?”. Y te sientes sobrecogido, y en cuanto te repones tratas de hacer algo. Intentas llegar lejos en la vida para poder hacer algo desde arriba... o desde donde estés. Intentas ser mejor persona cada día. Lees, escuchas, buscas cualquier cosa que te aporte una visión nueva de la realidad, algo que te de esperanza. Te conviertes en voluntario o en ayudante anónimo y particular. Pero lo que ves cada día es insensatez y miseria, pobreza y desolación, muerte y sufrimiento, injusticia e impunidad. A veces hasta dan ganas de abandonar, de mandarlo todo a tomar viento. A veces incluso lo haces. Y es que somos tanta gente buscando equidad y justicia que al final hacemos exactamente lo que se espera de todos nosotros: nada de nada.

Sí, quizá. Tal vez te pueda parecer que con pensamientos así no llegaré muy lejos. Y tal vez tengas razón. Pero no me preocupa demasiado, enseguida se me pasa. Con tu visita, por ejemplo. O leyendo a Seung Sahn. O cuando alguien muy especial me recuerda que me aprecia y me quiere sin venir a cuento, que es cuando más a cuento viene, proporcionándome durante meses una buena excusa para seguir adelante, con una gran sonrisa.

4 comentarios

bokuden -

Lian: Yo también lo deseo. A ver qué tal se presenta este nuevo y flamante año. Mis mejores deseos para ti!

Beca: Feliz año nuevo a tí yambién, Beca. Con retraso, para no faltar a la costumbre :)

Mariona: Uau... has conseguido dejarme sin palabras. Y es difícil. Así que te contestaré en privado cuando se me ocurra qué contestar. No estoy acostumbrado a mensajes así.
Van genial para el ego, por cierto :) bienhallada, feliz año nuevo.

Mariona (Earen) -

Bueno, antes de nada.. Hola! Me llamo Mariona. No me conoces (supongo), y yo tampoco a ti, pero debe hacer un año que entro en este blog.
Creo que el dia que lo leí por primera vez, fue porque buscaba la letra de una canción (de Marea, si no recuerdo mal), y me salió en el buscador.
Desde entonces, he leído si no todos, practicamente todos los textos que has ido escribiendo. Y con ellos he sonreído (mucho), he llorado (a veces a la vez que sonriendo), pero sobretodo me has hecho reflexionar, me has hecho pensar muchisimo.
No sé, supongo que este comentario no tiene ninguna finalidad concreta. Sólo que si día u otro no me presentaba, cada vez que leo tus escritos me siento un poco espía xD. Porque ya supongo (y de hecho espero) que no soy la única que se emociona al leerte.
Deberían encontrarse blogs como el tuyo más a menudo ;)
Feliz año nuevo! ^^

Mariona

Beca -

Feliz año nuevo, Bokuden

Lian -

Es dificil pensar como podemos ser felices en un mundo como en el que vivimos. Hay días que me es imposible leer un periódico, solo noticias crueles. Espero y deseo que el año que está a punto de comenzar sea un año muy especial para todo y en especial para ti.

Un beso