"(...) En el orden natural de las cosas, la vida y la muerte no son algo que podamos controlar. Es una bendición estar vivo y morir en el momento justo. Vivir cuando no es apropiado vivir y morir cuando no es el momento de morir es un castigo. De igual modo, no ser capaz de vivir cuando se debe vivir y no ser capaz de morir cuando se debe morir es un sufrimiento. Pero el que debamos vivir y morir en el momento justo no es algo que podamos controlar. Por el contrario, es algo que sucede en el contexto -y como consecuencia- de muchos otros acontecimientos.
Los antiguos decían que la forma en que suceden las cosas son ilimitadas e incognoscibles. Siguiendo las leyes de la transformación del cielo y de la tierra, los ciclos del cambio, libres e incesantes, llegan por sí mismos. El cielo, la tierra y todas las cosas no pueden ir contra el orden natural. La sabiduría de los sabios no puede modificarlo y los demonios no pueden escaparse de él. Todas las cosas vienen y van sin necesidad de un creador o un movilizador que las haga suceder. Silenciosamente se reconoce su presencia, armoniosamente se acepta su existencia y pacíficamente se admite su partida. "
Lie-Tse
Los antiguos decían que la forma en que suceden las cosas son ilimitadas e incognoscibles. Siguiendo las leyes de la transformación del cielo y de la tierra, los ciclos del cambio, libres e incesantes, llegan por sí mismos. El cielo, la tierra y todas las cosas no pueden ir contra el orden natural. La sabiduría de los sabios no puede modificarlo y los demonios no pueden escaparse de él. Todas las cosas vienen y van sin necesidad de un creador o un movilizador que las haga suceder. Silenciosamente se reconoce su presencia, armoniosamente se acepta su existencia y pacíficamente se admite su partida. "
Lie-Tse
2 comentarios
ana -
Esta frase me acabada de recordar estos últimos dias pasados, el fallecimiento de mi última iaia. Ya que nos pilló a todos (y supongo q a ella también)por sorpresa. De la noche a la mañana sú corazón se rindió y decidió dejar de latir sin ni siquiera despedirse. La muerte le llegó al menos dulcemente sin sufrimiento, lo cúal se lo merecía después de toda una vida!.
Amélie Poulain -
Yo diría que lo primero resulta más difícil. Pero claro, por ahora no me he visto en la segunda situación.